REFLEXIONES DE UN HADA

Hace poco hubo fiesta en el bosque de Faylinn.
En la realidad los gnomos, duendes, hadas y elfos siempre encuentran motivos para reunirse.
Shailee hace poco tiempo que reside en ese espacio soñado.
Su casa es la cueva que el tiempo cinceló en un árbol.
Es cuidadosa de los campos, por donde pasa quisiera dejar flores que perfumen la vida de quien visita ese lugar encantado.
El trino de un ruiseñor la despierta.
Presurosa una ardilla le trae una invitación.
Se despereza desplegando alas mágicas.
Esta noche despedirán un año incierto.
Hubo emociones de todo tipo.
Muchas fueron portadoras de alegrías otras de tristeza y miseria.
Las Hadas son coquetas, Shailee no puede concurrir al evento con la vestimenta que todos conocen.
Necesita un atuendo especial para despedir el año.
Derramará lágrimas en un lago escondido, espejo de aguas quietas transmitirán verdades.
Las escucha atentamente.
Aprendió que debe transitar el camino correcto, los duendes y elfos serán encargados de ayudar a sortear las piedras que pueda encontrar.
Absorta mira la cascada de aguas transparentes.
Sobre las piedras producen la melodía más bonita.
Juntará flores en el bosque sin lastimar las especies.
No puede negar su condición de mujer.
La araña se balancea entre dos ramas, ha aprendido a convivir con ellas.
Al ver a Shailee tan preocupada por banalidades le dice que en pocas horas tejerá un nuevo vestido.
No quiere nada exagerado, solo intenta cambiar su vestimenta para recibir un nuevo año.
Una luciérnaga le dice, te regalaré mil luces, deberás colocarlas en tu pecho, los latidos de tu corazón extenderán mi vida útil.
Lucirás hermosa, podrás reunirte con cada uno de los amigos que pueblan este espacio.
Cremas y ungüentos harán que la piel brille como la primera vez.
Flores recién cortadas serán utilizadas como una diadema.
Todas las especies del bosque de la hadas la ayudarán a convertirse en una princesa.
A último momento desiste de tantos brillos, los agradece.
Ha optado mostrarse con el traje de siempre, solo agregó algunas luces a sus alas.
Una ardilla se muestra extrañada ante tal decisión, Shailee no modificará su ropaje.
Descalza caminará hasta el bosque.
Agradecerá los esfuerzos de la araña.
Le explicará que no necesita nada nuevo, irá como siempre, sin ataduras, en libertad absoluta disfrutará de la última fiesta del año.
A medianoche desplegará sus alas infinitamente grandes, en ella cobijará a todos, los que tienen amor para protegerlos, a los que están en la búsqueda de tan venerado sentimiento les pedirá que no sean egoístas, que disfruten cada día que la vida les regala sin mostrar miserias.
A ti mujer que tratas de encontrar el sentimiento más hermoso que corona a los seres humanos, detén tu búsqueda, no te ciegues con fuegos artificiales, caminado el camino encontrarás las respuestas sin destruír a nadie.
El rocío ha vestido con perlas transparentes los pétalos de las flores.
Luna prodigiosa que iluminas con tus detellos, haz que muchos conozcan el sendero que lleva al amor sincero.
Brilla con tu propia luz, cimentada en la destrución nada dura.
Shailee se despide de las ardillas que regalan acordes de violines, espera con una sonrisa que todos lleguen al entendimiento
No olvidará desearle un promisorio feliz año nuevo a todos los habitantes de un espacio angelado.
Felicidades a todos junto a mi agradecimiento.
Hasta el próximo cuento.

Shailee

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